«Lo que me llama la atención es que haya gente que encuentre chistosa la adicción a comprar libros que luego no se leen. Pienso que esa gente, que no hubiera encontrado divertida cualquier otra adicción, no deben de estar muy en contacto con los libros.
Quitarse la adicción al tabaco, al sexo o al alcohol es fácil, basta con consultar al médico de cabecera, y te orienta sobre los sitios y organizaciones competentes. Yo le consulté a mi médico sobre esta adicción a comprar libros y se echó las manos a la cabeza, NO ENTENDÍA. Me dijo: “...pero ¿cuánto gastas al día en libros? Lo que puedes hacer es... bueno, compra uno al día, no creo que te arruines.”
El problema de esta adicción es precisamente que el libro es un objeto idolatrado y entonces causa estupor verlo situado en una adicción, junto con la droga, alcohol, café, ropa.. que son cosas menos venerables.
Háganme el siguiente experimento: pregunten al adicto al tabaco cuántos cigarrillos de los que compran se dejan sin fumar. Les contestará que fuma todos, por supuesto, que el problema está en que los fuma, que si los comprara y no se los fumara... a lo mejor eso sería la solución.
Pero el problema del adicto a la compra de libros es precisamente que... los compra SABIENDO que NO VA a leerlos. La adicción a la compra de libros no es adicción a la lectura -eso sí sería chocante en la mayoría de los casos- sino que es la adicción a POSEERLOS. Porque en el momento en que ese libro se ha conseguido, el adicto empieza a pensar en comprar OTRO libro...»
Ramón Adagio
Quitarse la adicción al tabaco, al sexo o al alcohol es fácil, basta con consultar al médico de cabecera, y te orienta sobre los sitios y organizaciones competentes. Yo le consulté a mi médico sobre esta adicción a comprar libros y se echó las manos a la cabeza, NO ENTENDÍA. Me dijo: “...pero ¿cuánto gastas al día en libros? Lo que puedes hacer es... bueno, compra uno al día, no creo que te arruines.”
El problema de esta adicción es precisamente que el libro es un objeto idolatrado y entonces causa estupor verlo situado en una adicción, junto con la droga, alcohol, café, ropa.. que son cosas menos venerables.
Háganme el siguiente experimento: pregunten al adicto al tabaco cuántos cigarrillos de los que compran se dejan sin fumar. Les contestará que fuma todos, por supuesto, que el problema está en que los fuma, que si los comprara y no se los fumara... a lo mejor eso sería la solución.
Pero el problema del adicto a la compra de libros es precisamente que... los compra SABIENDO que NO VA a leerlos. La adicción a la compra de libros no es adicción a la lectura -eso sí sería chocante en la mayoría de los casos- sino que es la adicción a POSEERLOS. Porque en el momento en que ese libro se ha conseguido, el adicto empieza a pensar en comprar OTRO libro...»
Ramón Adagio
(text trobat a internet...)
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